Llevamos cientos de años viendo y escuchando las mismas historias. Desde Romeo y Julieta y hasta las películas de Baz Luhrmann, las películas, series y libros se han convertido en una clase de cubo rubik que puede ser armado de muchas formas pero al final de cuentas sigue teniendo las mismas caras, vértices y aristas.  

Un claro ejemplo es la nueva propuesta de Netflix “La escuela del bien y del mal”. Cuenta la aventura que viven Sophie y Agatha al ser llevadas a una escuela que se encarga de preparar a las futuras generaciones de héroes y de villanos que aspiran a tener su propio cuento de hadas. Sin embargo, ninguna de las dos estará satisfecha con lo que parece ser su destino. 

Este filme, es una adaptación decentemente lograda del libro de Soman Chainini, y a pesar de ser una historia entretenida de ver, podríamos fácilmente decir que se trata de la hija ilegítima de Harry Potter, Descendientes y Sabrina. 

No estoy diciendo que la película sea un pecado contra el mundo cinematográfico, ni mucho menos. De hecho, es una propuesta que resulta amena de ver durante un fin de semana con toda la familia, ya que contiene un discurso reflexivo sobre: la bondad y la maldad del ser humano, los estereotipos, la amistad, etc., pero por muy linda que sea, no es algo que no hayamos visto antes. 

Foto: https://librolandiaperu.com/2021/02/19/resena-la-escuela-del-bien-y-del-mal-un-mundo-sin-principes-soman-chainani-ediciones-urano-lecturas/

Con esto, no busco sentenciar negativamente a esta película, pero siendo honestos, es prácticamente imposible hacer una producción que sea totalmente original, ya que en sí todas las historias que han sido contadas y que serán escritas en algún momento, poseen y poseerán las mismas bases que los cuentos que escribieron los primeros hombres.  

Esto no significa que los autores se hayan quedado sin ideas o que los directores solo estén imitando los viejos éxitos sino que realmente, todo ya fue contado. Entonces ¿estamos condenados a ser espectadores de las mismas cosas? De cierta forma, sí, pero no debemos olvidar que cada autor posee su propio arsenal de armas para narrar, lo cual nos brinda todo un mundo por descubrir. Puede que el fondo de lo que veamos sea lo mismo, pero sin lugar a dudas, cada día se encuentran nuevas formas de contar historias. 

Por: Aranza Llera

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