Oír acerca de un grupo de chicas gritando por su artista favorita no es, bajo ningún concepto, una ocurrencia inusual en las dinámicas del fanatismo. Aún hoy, se recuerda la histeria colectiva de las mujeres inglesas aclamando a The Beatles, el furor que desataban los pasos de baile de Elvis Presley entre las jovencitas de la época o, en años recientes, el arrebatador éxito comercial de One Direction que impactó a toda una generación de preadolescentes. Pero el reinado de estas estrellas ha pasado y el trono ha sido indiscutiblemente reclamado por una boyband que, junto a su fandom, parece que pasará a la historia como leyendas de la industria musical, pero sobre todo el rostro todo un nuevo movimiento, ellos son BTS

La banda surcoreana de siete integrantes gobierna los charts internacionales, facturan anualmente 5,000 millones de dólares y representan el 0.5% de Corea del Sur . Su éxito se le puede atribuir, en parte, a sus líricas pegajosas acompañadas de videos musicales estimulantes, sin embargo, ninguno de estos factores son realmente los responsables de que hoy posean las llaves del reino. La mente maestra detrás de todo este proyectotiene nombre y apellido, aún desconocido para muchos, a pesar de que su gobierno con puño de midas está trascendiendo. Él es Bang Si-hyu, creador de BTS y su empresa Big Hit Entertainment.

La segunda jugada es cultivar una fuerte e inquebrantable conexión entre los idols y su fandom; en este caso BTS y su army. Bang Si-hyu entendió que el producto principal con el que trabaja es el mero artista, los siete integrantes, a los que presenta como una unidad. Por ello, diseñó desde el primer momento de sus carreras, una dinámica hilada, como una relación de familia; pues a raíz de dicho vínculo es posible sentar las bases de una narrativa más profunda que motive a la gente a seguirlos en su viaje. “Se tiene que crear una especie de conexión muy especial con ese artista o con ese grupo. Algo familiar que veas y sientas que son tus amigos, que se sienta muy natural esa convivencia. La diferencia entre BTS y otros grupos, a lo mejor es que Big Hit procura establecer una unión entre la banda; no la individualidad”. 

Es decir, Bang Si-hyu no vende a cada integrante de forma singular ni por separado, a diferencia de cómo otras empresas suelen hacerlo en los negocios tradicionales. De ser el caso que una marca busque solo a un miembro, los términos del trato cambian a favor de la narrativa de BTS “Les dicen «¿Sabes qué? No te lo voy a dar. No, él no puede. Si lo quieres, debes tener a todos, es la banda». Entonces ahí Big Hit lo que está haciendo es que está asegurando un lazo de familiaridad entre los integrantes y, por ende, Army, el fandom, lo entiende así, son una familia.” 

En conversaciones con Edlin Pérez, experta en la industria del entretenimiento surcoreana y licenciada en Comunicación, nos comparte que son dos las grandes movidas que Bang Si-hyu ha aplicado para consolidar su banda, o como ella lo explica, la “fórmula secreta para crear idols”. La primera de ella es el sistema Culture Technology; acuñado por primera vez en 1997 por Lee Soo-man, padre del K-Pop, y perfeccionado por Bang Si-hyu cuando se encontraba creando su primer proyecto, BTS. El anterior consiste en el refinamiento y potencialización de los talentos natos de los jóvenes a través de un arduo entrenamiento con el fin de manufacturar un artista “360”. Es decir, un casting en el que las empresas seleccionan a jóvenes de alrededor de doce años, denominados trainees, para ingresarlos en academias centradas en el canto, baile e incluso actuación y modelaje. La idea, nos menciona Edlin, “es ser un artista integral que sepa hacer de todo para que el cliente, esa persona que está ahí afuera buscando alguien a quien escuchar, a quien ver, a quién comprar, no vaya a otro lado. Es por eso que el K-POP no tiene competencia”.

Pérez afirma que la relación BTS-Army está meramente fundamentada en la fidelidad y la pertenencia que esta le genera al Army. Las fans dejan de ser más que solo seguidoras de algo, son la principal fuerza de promoción de la banda y la empresa.  “Porque los fans son quienes los promocionan. De manera que lo hacen de manera gratuita, lo hacen de la manera más sincera porque no están cobrando, ni están trabajando; están invirtiendo tiempo de sus vidas. Entonces esa parte es la fuerza que mueve ese punto. Big Hit puede hacer las estrategias que tú quieras y puede generar el marketing más específico para sus fans, pero en realidad su éxito es gracias al Army”. 

Actualmente, BTS se despide temporalmente de su fandom y la industria, dada la inminente llegada del cumplimiento de su servicio militar. Sin embargo, dejan la promesa de su regreso para 2025. Big Hit, por su parte, seguirá centrando sus esfuerzos en crecer a otros de sus proyectos actuales como lo es Tomorrow x together, su segunda banda más prolífica que, si continúan empleando su fórmula secreta, indudablemente verán un éxito parecido al de BTS en su futuro.  

Big Hit entendió como establecer, a partir de un preciso perfilamiento, un poderoso vínculo emocional entre siete artistas, BTS, y cientos de adolescentes inclinadas al K-Pop de todas partes del mundo, el Army. La empresa hizo la apuesta de la década con su modelo de Cultura Digital, ya que han forjado una narrativa tan trascendental que no solo se traduce en las millonarias cifras que BTS les proporciona con cada producto que porta su sello, sino en la manera en la que el modelo de negocio hace que el fandom, su army, les ha permitido consagrarse en la industria de la música, permitiéndonos a todos conocer la propuesta del K-pop, el movimiento que llegó para quedarse.

Autora: Yara Valeria Ameca Juárez

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