
Resulta interesante mencionar que este vocablo de “optimismo” halla su origen en el latín optimum (lo mejor). Pero ¿qué es el optimismo? Es una característica del éxito que nos apoya para perseverar y que nos señala lo positivo en todo evento, nos invita a encontrar nuevas puertas y esperanzas.
¿Cómo funciona? Cambiando la perspectiva de las cosas, buscando nuevos ángulos y cara a los problemas, dando siempre gracias por las circunstancias que se nos presentan, modificando nuestro pensamiento y conducta hacia los hechos. Siempre hay una salida muy cerca de nosotros y en ciertas ocasiones no lo vemos. Una de las más grandes fuentes de optimismo es Dios. Tenemos que confiar en su misericordia, estar atentos y observar con serenidad.
El optimismo es una facultad que se trabaja día a día, que contribuye a que mantengamos la ilusión, enfocándonos en lo bueno que nos sucede. Hace que veamos el futuro como un lugar más propio para oportunidades y eventos positivos. Bien lo dice un conocido refrán, “Si la vida nos da limones , hay que hacer limonada”. Y es que veces la vida nos pone obstáculos, pero en parte nuestro camino depende de cómo nosotros enfoquemos esos obstáculos. En un mundo cada vez incierto, lo único claro en que hay que persistir y nunca desistir. ¡Así se logran todas las cosas! Desde la más pequeña y simple , hasta la más grande y compleja.

Algunos psicólogos afirman que, por lo general, las personas optimistas tiene mejor humor, son más perseverantes y gozan de un mejor estado de salud que aquellos que son pesimistas. Por eso, los optimistas tienden a salir fortalecidos de las situaciones traumáticas y estresantes. Una actitud positiva también puede ayudarnos a mantener un estado de ánimo positivo, el cual puede ayudar con la sanación. Pero el optimismo por sí solo es solamente una parte de una buena recuperación.
Al practicar el optimismo, es importante recordar mantener un estado mental flexible, preveer cambios y estar listos para adaptarse a los mismos. El optimismo nos ayuda a salir adelante en la vida, a resolver mejor nuestros problemas y a disminuir el sufrimiento. “Prueben y vean que bueno es el Señor; que alegría para los que se refugian en Él” (Sal 33,9). Solo quienes conocen a Dios y la inmensidad de su bondad, tienen la capacidad de mantenerse firmes en las pruebas de la vida.
@adrianalorenafrancosampayo / Adriana L. Franco Sampayo.






Deja un comentario