La Independencia de México (1810–1821) fue un proceso largo y complejo que transformó la historia del país. Sin embargo, en torno a su inicio y su conclusión se han creado mitos que muchas veces simplifican lo ocurrido. Aquí desmentimos algunos de ellos.
Mito 1: “La Independencia comenzó el 16 de septiembre de 1810 con el Grito de Dolores.”
En realidad, el Grito de Dolores de Miguel Hidalgo marcó el inicio simbólico del movimiento, pero los planes conspirativos ya se venían gestando en Querétaro y otros lugares. Además, el levantamiento estaba planeado para octubre y tuvo que adelantarse por una traición.
Mito 2: “El Grito de Dolores fue exactamente como lo conocemos hoy.”
No existen registros exactos de las palabras de Hidalgo aquella madrugada. Lo que hoy se grita cada 15 de septiembre es una recreación oficial construida a lo largo del tiempo, sobre todo a partir del gobierno de Porfirio Díaz.
Mito 3: “Solo Hidalgo inició la lucha de Independencia.”
Hidalgo fue una figura clave, pero no actuó solo. José María Morelos, Ignacio Allende, Juan Aldama y otros líderes tuvieron un papel central en distintos momentos del proceso.
Mito 4: “Fue un levantamiento espontáneo del pueblo.”
La verdad es que, aunque miles de personas se unieron al movimiento, la insurrección fue organizada por criollos e intelectuales quienes buscaban romper con el dominio español desde años antes. La participación popular fue decisiva, pero no fue un acto improvisado.
Mito 5: “Todos los sectores sociales participaron por igual en la lucha.”
En realidad, la participación fue muy desigual. Muchos criollos lideraron el movimiento, campesinos e indígenas se unieron masivamente, pero sectores de élite y parte del clero apoyaron a España o se mantuvieron al margen hasta que vieron consolidada la victoria insurgente.
Mito 6: “Con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México se terminó el conflicto.”
En ese momento simbolizó el fin de la guerra, pero España no reconoció oficialmente la independencia hasta 1836.
Mito 7: “La Independencia terminó en 1821 porque México derrotó militarmente a España.”
La guerra no concluyó con una victoria militar total, sino con un acuerdo político. El Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba establecieron la unión de fuerzas insurgentes y parte del ejército realista, encabezado por Agustín de Iturbide.
Mito 8: “La Independencia permitió inmediatamente la instauración de la democracia en México.”
Aunque México dejó de ser colonia, tras 1821 el país pasó por un Imperio (Iturbide) y una larga etapa de inestabilidad política, con luchas entre liberales y conservadores. La democracia fue un proceso mucho más largo y accidentado.
Mito 9: “La Independencia significó libertad inmediata para todos.”
Ante los ajustes posteriores al movimiento de independiencia, las desigualdades sociales continuaron. La esclavitud fue abolida, pero los problemas de pobreza, discriminación y concentración del poder siguieron presentes.
Mito 10: “Hidalgo, Morelos e Iturbide siempre estuvieron de acuerdo en la lucha.”
Aunque los tres son reconocidos como figuras clave de la Independencia, no formaron parte de un mismo proyecto común. Hidalgo inició el levantamiento; Morelos le dio organización y visión social; e Iturbide, tiempo después, logró consumarla mediante acuerdos políticos. Sus trayectorias respondieron a contextos distintos, pero juntas construyeron el camino hacia la independencia.
La Independencia de México no fue un evento aislado que inició con un grito y terminó con un desfile militar. Fue un proceso largo, lleno de contradicciones, alianzas inesperadas y consecuencias que marcaron el rumbo del país. Conocer los mitos y verdades de este periodo nos ayuda a comprender mejor que la libertad fue fruto tanto de la lucha armada como de la negociación política, de la mano de ciudadanos que con visión y liderazgo sentaron las bases de un México independiente y en constante construcción.






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